¿A qué te suena el concepto de “hacks financieros”?
Cuando hablamos de un hacker, probablemente la imagen que viene a tu cabeza es la de un criminal escondido en algún cuarto oscuro con varias computadoras y tratando de encontrar huecos y vulnerabilidades en la seguridad de algún sistema. No te equivocas, este tipo de hacker realmente existe.
La palabra hack proviene del inglés, y significa originalmente “cortar a lo bruto”. De ahí pasó a utilizarse el término hacker para referirse a una persona con habilidades especiales, pues se refería, sobre todo, a quienes hacían muebles con un hacha.
En la actualidad, se usa más para referirse a los piratas informáticos, que utilizan hábilmente la misma lógica para encontrar lagunas que ayuden a las empresas a descubrir posibles vulnerabilidades en sus sistemas y aplicar cambios que podrían mejorar su seguridad, por ejemplo. Hay algunos programas que los recompensan financieramente por estos valiosos descubrimientos.
Hacks positivos
¿Has oído hablar de los life hacks? Se trata de trucos, atajos, habilidades o métodos que buscan simplificar o hacer más fácil la vida o tareas cotidianas. En este sentido, los hacks son algo positivo.
Ahora, si hablamos de hacks financieros, el significado también es positivo y muy similar.
Por ejemplo, si vas al supermercado con una lista de compras establecida, es menos probable que termines comprando otras cosas por impulso.
Este es un buen hack financiero. Es decir, anotar lo que realmente necesitas comprar antes de ir al mercado o al súper es un ejemplo de cómo lidiar con ese “hueco” en nuestro cerebro que piensa “¡Órale, está en oferta, me lo llevo!”.
1. Hacks financieros: ¿cómo hackear el propio comportamiento?
Tu cerebro ya lo hace, incluso si estás consciente de que se trata de un truco. ¿Te ha pasado que piensas en comprar algo, investigar un producto o ir a la tienda, pero prefieres esperar uno poco antes de finalizar la compra?
Este es un ejemplo de cómo tu cerebro te hace “tropezar”, es decir, piratea tu decisión financiera.
En otras palabras, es como si él creara un tiempito -un hueco en el tiempo- entre la voluntad y el impulso de completar la compra para que lo puedas considerar mejor. “¿Será que realmente lo quiero? ¿Lo necesito en verdad?”
Presta atención a los “disparadores”
La investigación publicada por Think with Google identificó que entre un disparador de compra y la toma de decisiones hay un camino confuso.
Básicamente, es en ese espacio del “recorrido de compra” que las empresas adoptan diferentes estrategias de marketing para que luego compres. Es para intentar convencerte; por eso existen disparadores como notificaciones, correos electrónicos, publicaciones o videos en las redes sociales de las marcas.
En la encuesta, por ejemplo, una marca ficticia de seguros de automóviles ganó el 87 % de la preferencia de los consumidores. ¿Cómo? Usando la vieja estrategia de presentar ventajas en todos los sesgos cognitivos, incluida la escasez.
Ya conoces esa historia de “Últimas vacantes, últimas vacantes, aprovecha”, y el llamado “poder del ahora” en eslóganes como “¡Oferta válida solo hoy!”. Esto es sesgo cognitivo.
Por otro lado, un estudio publicado por la Confederación Nacional de Comerciantes en Brasil señaló que las notificaciones de las ofertas de la aplicación de la tienda son los principales canales que llevan a las personas a comprar por impulso. Luego siguen los correos electrónicos de las tiendas, con ofertas y promociones. En tercer lugar están los anuncios en Instagram.
Es decir, ambas encuestas refuerzan que, si las marcas saben utilizar estas herramientas para influir en el consumo, es importante aplicar hacks financieros en tu vida para tener más control sobre tu dinero y ser menos susceptible a este tipo de detonantes. ¿Realmente necesitas tener todas estas notificaciones activadas en tu teléfono?
2. No confíes en la memoria
Podemos encontrar mil y un motivos para justificar no haber pagado las cuentas a tiempo. Pero esos $1,000 que se te van en intereses o recargos todos los meses son un ejemplo de lo que podría estar impidiéndote cumplir un sueño.
Los hacks financieros también te ayudan con esto, es decir, a encontrar lagunas en tu comportamiento y tener una vida financiera más sana para ahorrar dinero. Y una de ellas es no caer en la trampa de mantener los compromisos financieros en la cabeza.
El consejo es: escríbelo
Ya sea en las hojas de cálculo o en las notificaciones del celular, lo importante es no depender de la memoria porque juega algunas malas pasadas. También es buena idea domiciliar el pago de servicios y suscripciones para no olvidar pagar antes de la fecha de vencimiento.
Un poco de interés en enero, un recargo en abril, otro retraso en agosto y la suma de las cantidades al final del año podría almacenarse en tu reserva de emergencia en lugar de desperdiciarse cubriendo intereses.
La tecnología también puede ayudarte con tus hacks financieros, a la hora de ahorrar y organizar el dinero dedicado a tus proyectos. Hoy en día, en las aplicaciones de las instituciones financieras, cada vez es más común encontrar recursos para ahorrar dinero automáticamente o para organizar los gastos por categoría y tener una visión de a dónde va tu dinero.
Por ejemplo, programa para ahorrar $500 -o la cifra que se ajuste a tu bolsillo- el mismo día que cae la nómina. Es decir, este hack financiero puede ayudarte a hacer ese viaje o comprar los tenis que siempre has querido.
3. Encuentra los mejores precios
Es importante modificar nuestro comportamiento, pero también vale la pena usar algunos consejos para encontrar precios más baratos, o incluso obtener descuentos. Y el primer truco para hacer compras financieras es usar la tecnología a tu favor.
Entre los hacks financieros es conocido el buscar boletos de avión o alojamiento en una pestaña de incógnito de tu navegador. Esto se debe a que la pestaña de incógnito no almacena sus cookies y cachés de navegación, de modo que la subida de precios con el paso del tiempo se detendrá.
Expliquémoslo más detenidamente
Las cookies son archivos guardados por los sitios web que visitas. Según Google, facilitan tu experiencia en línea al guardar datos de navegación, ya sea al momento de completar tu correo electrónico y dirección en un formulario, o incluso al mostrar tus productos favoritos en la primera página del historial de búsqueda.
El caché, por su lado, “recuerda” algunas partes de la página, como imágenes y otros medios, para ayudarlo a abrirlas más rápido en tu próxima visita al sitio.
Las cookies pueden afectar el valor de las cosas
En 2016, el investigador William McGee realizó un estudio, publicado por la revista TIME, que planteó la hipótesis de que estas cookies y cachés influyen en el precio de los productos.
Se hicieron 372 búsquedas en nueve sitios web de venta de boletos de avión. Las búsquedas fueron simultáneas, con el mismo itinerario y sitio web, pero en dos navegadores diferentes: uno tenía las cookies intactas y en el otro se borraron.
McGee descubrió que en el 59% de los casos en los que se realizaron las mismas búsquedas, las tasas aparecían más altas en el navegador que no se limpiaba, es decir, el que tenía un historial de búsqueda (cookies y cachés). Estas tarifas más altas a menudo provenían de agencias de viajes en línea.
Las tarifas más bajas, que se encontraron en navegadores limpios, tendían a provenir de sitios de meta búsqueda como Google Vuelos o Kayak. Como tal, McGee no podía decir con certeza por qué vio estos resultados diferentes, y por qué no siempre estaba seguro de que buscar pasajes en la ventana de incógnito arrojaría un valor más bajo.
Pero, según él, ante la duda, lo mejor que puedes hacer es aplicar este hack financiero a tu vida.
El consejo es que los consumidores busquen, si es posible, en al menos dos navegadores diferentes. Si sabemos que existe la posibilidad de bajar el precio, vale la pena aplicar este hack financiero y probar la oportunidad de ahorrar.
4. El carrito de compras online
Buscas el producto que quieres comprar, lo encuentras, lo pones en el carrito pero no completas la compra. Días después, te bombardean con correos electrónicos que te recuerdan que debes completar esa compra.
Este es un buen hack financiero para aprovechar ofertas especiales o descuentos adicionales que pueden aparecer en productos que se han olvidado en el carrito.
Por supuesto, esto no es una garantía de que obtendrás un descuento, pero como sabemos que algunas empresas utilizarán diferentes estrategias para convencerte de que finalices la compra, ¿por qué no aprovecharlas?
De esta manera, puedes usar dos (buenos) trucos financieros a la vez: mientras piensas un poco mejor en esa compra y no la completas por impulso, también aprovechas la oportunidad de obtener un descuento y ahorrar dinero.
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