Alvin Toffler, sociólogo y futurista estadounidense, conocido por sus discusiones acerca de la revolución digital dijo que para las sociedades modernas del futuro inmediato, “el gran motor de cambio y progreso sería la tecnología digital”, y hoy entendemos que su predicción forma parte activa de nuestra realidad global.
Si bien, expertos en el tema pronostican para el 2020 y años sucesivos un gran salto tecnológico derivado de la aceleración post COVID-19, la tecnología aplicada a los servicios financieros conlleva un desarrollo aún más minucioso. Hoy no basta que los servicios financieros ofrezcan una ‘plataforma digital’, establecer una infraestructura digital eficiente también implica lograr una experiencia de usuario efectiva, útil y sin complicaciones.
Esto lo sabe bien Adolfo Lima, un ingeniero en sistemas que recuperó el control de su vida financiera dejando atrás tecnologías de la edad piedra que nunca fueron “esa herramienta futurista” que muchas veces le prometió la banca tradicional.
Un futuro que nunca llegó
Nu: ¿Qué es lo que pasa por tu mente cuando “tienes que ir al banco”?
A: Sencillamente ir al banco es un calvario. De entrada, la resistencia comienza con repetirme que “tengo que ir” cuando sé perfecto que pude resolverlo de forma digital, pero simplemente la banca tradicional no está preparada para tener esa conversación. Horas de espera y malos tratos de parte de ejecutivos ‘que hacen el favor de atenderte’.
Nu: ¿Como especialista en sistemas qué opinas de la tecnología de la banca tradicional?
A: Los sistemas de la banca tradicional son cada vez más obsoletos y carecen de actualizaciones efectivas, puros parches. Pareciera que los servicios financieros tradicionales quisieran ahorrar en tecnología a costa de nosotros, los usuarios.
“Pareciera que los servicios financieros tradicionales quisieran ahorrar en tecnología a costa de nosotros, los usuarios.”
Nu: ¿Cómo ha sido tu experiencia con la banca tradicional?
A: Mucho tiempo perdido, muchos corajes y problemas no resueltos. Es muy tedioso.
Nu: ¿Cuándo y por qué “dijiste Nu” a la banca tradicional?
A: Dije “ya basta” cuando comencé a reconocer cobros excesivos e intereses sin medida. Cobros hasta por utilizar la tarjeta. Llegué a sentir que tan solo por sacar la tarjeta de mi cartera me haría merecedor a un cargo extra, (risas).
Tecnología como factor de cambio
Nu: ¿Qué fue lo que encontraste en Nu?
A: Las ventajas que ofrece interactuar con una interfaz amigable y sencilla. Agiliza todo lo relacionado al manejo de mi cuenta. Lo que ofrece al usuario es moderno y revolucionario, totalmente diferente a la experiencia con un banco tradicional, una fórmula perfecta entre modernidad y sentido humano.
Nu: ¿Cómo es tu vida financiera hoy junto a Nu?
A: Mi vida financiera cambió con Nu. Me di la oportunidad de cambiar mi perspectiva sobre los servicios financieros con una tarjeta que en verdad me ofrece una visibilidad más completa sobre mis finanzas.
Nu: ¿Cuál es tu perspectiva al futuro sobre la tecnología aplicada a los servicios financieros?
A: La atención a los clientes del sistema bancario como lo conocemos deberá modernizarse o morir. No podemos estar 3 horas de nuestra vida, sentados, esperando a que nos atiendan. Seguir desarrollando servicios con buena calidad de tecnología aplicada será fundamental. Esto ayudará también a contrarrestar otras problemáticas que surgen en paralelo, como la contaminación que se genera en trayectos innecesarios o el papel que se gasta en trámites, por ejemplo.
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