Dices que esta vez sí vas a ahorrar y vas a hacer un presupuesto y al final, ¿te dejas llevar por esas ganas locas de gastar?
¡Tranquilo! A todos nos ha pasado. Lo importante es comenzar a controlar esos impulsos y te prometo que no es imposible, pero se requiere estar presente con tu dinero y tener disciplina.
¿A qué me refiero con estar presente con tu dinero? Un 99% de las decisiones que tomamos vienen de la programación inconsciente, esto es, de lo que nos han contado, de lo que hemos visto en la sociedad, de lo que vimos con nuestros papás, de lo que vemos en la televisión, lo que nos dicen nuestros amigos o en el trabajo…
¿Por qué es complicado controlarnos?
Muchas veces gastar tiene muy poco que ver con una decisión en la que hagamos un alto y nos planteemos qué queremos, si nos conviene y si nos va a llevar a construir lo que queremos.
Además cuando hablamos de economía del comportamiento, este término que explica por qué hacemos lo que hacemos, el inconsciente es el que lleva la batuta de nuestras acciones y en el tema del dinero, por supuesto, no es la excepción.
Buscamos la satisfacción inmediata. Por eso nos es muy difícil ahorrar y a su vez, nos dejamos llevar por el impulso de ver una oferta de zapatos y correr a comprarlos porque “los necesito”.
Lo que te quiero decir es que es necesario que tomes conciencia de esto para que puedas parar y tomar una mejor decisión en beneficio de tus finanzas.
Lo interesante está en que como nadie nos enseñó esto, tenemos que ejercitar este músculo de estar presentes con nuestro dinero, no es algo que se dé de la noche a la mañana, pero claro que se puede lograr.
A la hora de gastar con frecuencia nos topamos con ideas como “me lo gasto porque para eso trabajo”, “mañana Dios dirá”, “no me voy a llevar el dinero a la tumba”, “¡ya lo bailado nadie me lo quita!”… El problema es que cuando es fin de mes, nos estamos tronando los dedos, entramos en estrés y comenzamos a emproblemarnos al destapar un hoyo para tapar otro y así vamos “sobreviviendo” hasta que endeudarnos se vuelve una situación insostenible.
La base para tener finanzas sanas es por un lado tener un presupuesto, para saber cuánto ganas y cómo lo gastas, y que éste sea realista, y por el otro, apegarse a él para tener un mejor control del dinero.
¿Cómo controlar esas ganas locas de gastar?
Para tener más conciencia con nuestro dinero y controlar esas ganas locas de gastar, te invitamos a plantearte algunas preguntas al momento de querer tomar una decisión:
- Esto que quiero comprar, ¿realmente lo quiero o es solo un impulso?
- Si lo compro hoy, ¿me seguirá haciendo feliz en un mes e incluso en un año? (Si reflexionas te darás cuenta que tenemos compras que hemos considerado las mejores inversiones de nuestra vida, aunque sea un café porque lo disfrutamos o la pasamos bien con los amigos, frente a otras en las que sentimos que tiramos nuestro dinero a la basura).
- ¿Esto que voy a comprar va a comprometer mis finanzas en el corto, mediano o largo plazo?
- Si lo compro ¿qué pasaría?… Si no lo compro, ¿qué pasaría? Si tu respuesta es, “no pasaría nada si no lo compro”, ahórratelo; pero si tu respuesta es “me va a dar tranquilidad, me voy a sentir contento, lo voy a disfrutar”, ¡Aprovéchalo!
- Quita las culpas. Si una vez que planteaste estas preguntas y estuviste presente con las respuestas y el dinero, no des entrada a la culpa porque con mucha frecuencia es la emoción en la que nos quedamos y con la culpa ya no hay nada qué hacer.
Recuerda que es parte del dinero generar y gastar, pero también acumular y construir un patrimonio, así que ponte metas y ejercita este músculo para alcanzarlas.