Rodrigo Ramírez y Luis Gutiérrez son una pareja de Mérida, Yucatán que ha desarrollado un proyecto que ofrece herramientas para conectar con uno mismo. Su principal producto es una colección de velas aromáticas que ofrecen intenciones de trabajo interno específicas. Estas velas están hechas con cera de soya, lo que las hace más amigables con el ambiente, aunque su portafolio no se termina ahí; también incluye sahumerios o atados de hierbas, incienso artesanal de copal, resina y palosanto. Sus productos reflejan la herencia de la herbolaria maya y trabajan para conseguir la calma y alegrar el espíritu, según menciona la pareja.
Una luz para iluminar caminos alternativos
Fulgórica inició en el 2020 después de que Rodrigo y Luis conectaron con las terapias alternativas como una forma de manejar el estrés que desencadenó el encierro que formó parte de las medidas sanitarias.
Mientras pasaban los días sin salir de casa, la pareja comprendió que ellos no eran los únicos que transitaban por episodios de ansiedad y desesperación, y decidieron compartir las técnicas y elementos que habían calmado su mente y espíritu.
“Quisimos compartir lo que nos rescató del estrés y la ansiedad durante la pandemia, quisimos dejarle ver a las personas que todos tenemos infinitas posibilidades. Inclusive estando encerrados, todos podemos conectar con nuestros sueños y con la esencia más profunda que te impulsa a lograrlos”.
Fulgórica inició en casa de Luis y Ro en Ciudad de México mientras desempeñaban esporádicamente sus trabajos, mermados por la pandemia. A pesar de tener profesiones alejadas de las terapias alternativas, el médico y locutor de radio decidieron comenzar una pequeña producción de velas en su cocina.
La pareja comenzó a estudiar cerería, aromaterapia, marketing, branding y desarrollo de producto en línea por más de medio año. Con el paso del tiempo fueron perfeccionando un proyecto que de inmediato se perfiló como un posible negocio.
Fulgórica: Empezar de cero y a contracorriente
Al día de hoy Fulgórica cuenta con un taller que alberga siete colaboradores contratados por la pequeña empresa, 18 puntos de venta y una tienda en línea. Han triplicado su producción desde que comenzaron y el negocio sigue creciendo, pero no fue sencillo.
“Al principio, el único obstáculo que encontramos fue el dinero, no contábamos con inversionistas, utilizamos nuestros ahorros haciendo una apuesta. Pero no paró ahí, fue difícil enterarnos y aceptar que teníamos que reinvertir el 100% del capital que sacamos con la venta de nuestro primer lote. Nadie te enseña sobre estas cosas, pero decidimos comprar las máquinas que nos permitieron eficientar los tiempos de producción para cubrir la demanda que se empezaba a generar. Sobre la marcha aprendimos que tienes que tener siempre un ojo en las finanzas”.
Como por designio divino, Ro y Luis fueron afortunados al encontrar los medios y a las personas indicadas que les echaron una mano, pero ambos confirman que en México aún hay una enorme falta de guías y de información por parte de instancias gubernamentales para brindar visibilidad, conocimientos e información de valor a los emprendedores.
“Desde el principio quisimos hacer bien las cosas, pero no teníamos idea por dónde empezar. Desde el registro de marca, el pago de impuestos o el manejo de proveedores. Desgraciadamente fuimos estafados un par de veces y caímos en trámites que ni siquiera eran necesarios”.
Ambos coinciden en que la educación financiera también suele ser un punto súper importante para arrancar un negocio, inclusive cuando se tiene un producto artesanal que no se produce de forma masiva.
“Puedes tener un producto artesanal que demande habilidades artísticas para ser producido, pero si no encuentras la forma de entender el arte de las finanzas eso no se convierte en negocio”.
Imagen de marca, oficios no valorados y sesgo de género
Aunque la sociedad mexicana ha evolucionado a pasos agigantados en materia de derechos para la comunidad LGBTQI+ aún prevalecen ciertos estigmas con el relacionamiento y uso de cierto tipo de servicios y productos según el género. Esto puede afectar el desarrollo de emprendimientos que nacieron en esta comunidad, siendo solo percepciones erróneas que han perpetuado a través de la historia de sociedades machistas.
Afortunadamente, los yucatecos decidieron no conservar este tipo de sesgos a pesar de ir contra todo pronóstico del marketing ortodoxo.
“Al principio no nos mostrábamos a nosotros mismos como imagen de marca, porque pensábamos que al ser dos hombres íbamos a ser objeto de rechazo, porque este tipo de producto está mucho más enfocado al público femenino y ellas conectan mejor con una mujer como imagen. Al final decidimos mostrar nuestra cara porque entendimos que no tenía que ver con el género, sino con lo que entrega nuestra marca a nuestro público, ¡y fue un acierto!”.
De la misma forma, los sesgos sociales también los alcanzaron con el dilema del oficio y el trabajo socialmente celebrado.
“Una vez me dijeron: ‘Eres locutor de radio, ¿qué haces vertiendo velas?, si tienes un trabajo de a deveras. Ese es un trabajo para señoras sin quehacer’. Nosotros supimos desde el primer momento que este proyecto iba más allá del sesgo de género”.
“La gente tiene que fijarse más en las propuestas, valorar sus cualidades y apoyar el emprendimiento. Sin importar cómo te quieras llamar, cómo te quieres vestir y cómo te identifiques, porque somos una fuerza económica en potencia que puede apoyar a la sociedad misma.”
Hoy Fulgórica es una empresa establecida, con todas las de la ley, que ha dejado atrás percepciones añejas de lo que significa ser un emprendedor de la comunidad LGBTQI+. Sus productos se pueden encontrar en galerías de arte, hoteles, almacenes, marketplaces, bazares y almacenes, llevando luz a un futuro empresarial que promete ser más inclusivo y valorado.
WEBSITE: fulgorica.com
INS: @fulgorica
Mail: fulgorica@gmail.com
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