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Así como Edgar, #DileNu a los que te complican el camino

Los servicios financieros deberían ser accesibles para cualquiera, pero no es así. Entérate cómo Edgar dejó atrás una banca que nunca lo escuchó.

Hace algunos años Debra Ruh, reconocida empresaria estadounidense y promotora de leyes de acceso, dijo: “La accesibilidad no solo permite incluir, sino también nos permite abrir y liberar el potencial de todos”. Por lo anterior la accesibilidad debería ser percibida hoy como prioritaria, al entenderse como uno de los pilares fundamentales del progreso social, y mucho más cuando se trata de bancarización. Sencillamente, funciona como una vía altamente efectiva para democratizar las herramientas y servicios financieros que promueven el desarrollo.

Desgraciadamente, gran parte de los servicios, sistemas y plataformas digitales de los bancos tradicionales, es primitiva y aún está enredada en procesos burocráticos que dificultan los servicios para la rica diversidad de usuarios en México.

Esto lo comprobó Edgar López, un recién graduado de la carrera de Educación y Tecnologías de la información de Laredo, Tamaulipas. Edgar recuperó el control de su vida financiera tras buscar durante años, un servicio que comprendiera cuáles eran los aspectos tecnológicos y de servicio que facilitarían su camino financiero.

Servicios financieros torpes y limitados

Nu: ¿Cómo ha sido tu experiencia con la banca tradicional?

E: He tenido una experiencia agria. Lo digo así porque yo al tener una discapacidad visual me enfrento a otros obstáculos adicionales a los que ya de por sí tiene la banca tradicional. Por ejemplo una muy importante: sus aplicaciones y plataformas por internet no son accesibles. Sobre manejar un cajero automático, ni hablamos.

Ahora, como aspecto general de la banca tradicional puedo decir que es esencialmente burocrática. Hace falta dar muchas vueltas para llegar a donde quieres.

Cuando por fin llegas; con el ejecutivo, al departamento deseado o a la opción telefónica, siempre hay alguien que te dice algo así como: “lo sentimos pero no es aquí, no es la hora adecuada o tu cuenta no aplica”; o ya en última instancia tienes que esperar más, ya que dentro de unos días o semanas tu servicio podría encontrarse listo. No hay servicios certeros.

En ocasiones me han enviado a sucursal para realizar cualquier trámite. A fin de cuentas después de trasladarme me hacen sentarme junto a un teléfono, llamar a un número en la Ciudad de México y esperar hasta una hora para que me respondan. ¿Por qué mejor no me aconsejan hacer los trámites desde mi casa?

Nu:  ¿Sientes que la banca tradicional comprende y atiende tus necesidades?

E: No. Todo el tiempo estoy enviando correos, tuits o hablando por teléfono para dejar sugerencias de cómo podrían mejorar sus servicios, sus apps móviles y sus cajeros, para que personas como yo, con necesidades adicionales, podamos hacer buen uso de su tecnología.  Hasta la fecha, las únicas respuestas que he recibido son las mismas: “Vamos a escalarlo al área técnica”, “Anotamos tus sugerencias para revisarlas en futuras actualizaciones”, etc.

Además, siendo más joven siempre me costó mucho acceder al mundo financiero. Quería abrir cuentas de ahorro y los requerimientos eran cantidades elevadas para quien va empezando en este territorio y bueno, de las tarjetas de crédito ni hablemos. Las grandes instituciones bancarias no tienen cabida para mí, ni muchos otros jóvenes.

Así que en resumidas cuentas, no.

Nu: ¿Cuándo y por qué “dijiste Nu” a la banca tradicional?

E: No diré nombres, pero lo que me hizo “decir basta” fue un evento con “el banco más fuerte de México”. Mi tarjeta de crédito fue bloqueada por clonación. Hasta la fecha sigo esperando el reemplazo y esto ocurrió a finales de febrero de este año.

Pero lo interesante vino después, cuando al intentar cancelar mi tarjeta para evitar que me cobraran su anualidad de 700 pesos (de un plástico que yo no tenía, ni estaba utilizando) me comenzaron a dar largas y a hacerla cansada para poder concluir el trámite.

Me enlazaban por teléfono y después de hacerme esperar, entre los mismos telefonistas se comenzaban a pasar mi llamada, uno a otro a otro por mucho tiempo, hasta que me terminaba cansando y lo repetía sin éxito.

Al final fue tanto mi hartazgo que entre malas palabras y exigencias, prácticamente obligué al ejecutivo que me atendió a que diera de baja mi tarjeta, – mientras le enviaba saludos a su mamá y a toda su familia -.

En definitiva la peor experiencia de todas, porque ellos querían elegir por mí sobre una elección muy personal y no me permitían algo tan simple como cancelar. Por eso, en cuanto supe que existían bancos digitales como Nu, me interesó mucho intentarlo con una nueva propuesta. Su enfoque y filosofía siempre fueron muy distintos a los de los bancos tradicionales.

“Ellos querían elegir por mí sobre una elección muy personal y no me permitían algo tan simple como cancelar“

Una nueva perspectiva sobre la vida financiera

Nu: ¿Qué fue lo que encontraste en Nu?

E: La facilidad para solicitar la tarjeta, la rapidez, los pocos requisitos y la filosofía de ser un banco inclusivo. Para mí, para los jóvenes y para todo el que quiera incursionar en el mundo de las tarjetas de crédito.

Pero en realidad lo que más me atrajo fue que era un banco 100% digital y no hay que olvidarlo, aparte, hablamos de que son servicios financieros accesibles para mí. Mis lectores de pantalla funcionan perfectamente con la app, puedo hacerlo todo y navegar sin problema.

Nu: ¿Cómo es tu vida financiera hoy junto a Nu?

E: Controlada, fácil, comprensible y segura. La función de poder bloquear la tarjeta, tanto la tarjeta física como la virtual, así como el controlar el límite de mi crédito para cuando ando de comprador compulsivo (risas) es lo que más destaco de mi experiencia.

Nu: ¿Cómo crees que las tecnologías de acceso se deberían integrar en el presente y futuro?

E: Generando una implementación efectiva para facilitar la vida de quienes tenemos alguna discapacidad. El acceso a los servicios financieros a través de la banca digital debe de estar al alcance de todos, garantizado. Porque ofrece un potencial único para producir, ahorrar y por ende hacerte partícipe del mundo financiero.

Me gustaría que las tecnologías de acceso alcancen cada vez más zonas remotas y rurales. Para que nadie quede fuera de algo tan benéfico y útil como los servicios financieros. Que puedan disfrutar de la versatilidad que entregan hoy,  por el hecho de ser digitales.

Tú como Edgar, #DileNu a la banca tradicional y comienza a vivir una nueva realidad con tu dinero. Da  clic aquí para aplicar a la tarjeta de crédito Nu y disfrutar de nuestros servicios financieros.

Este contenido es parte de la misión de Nu para devolver a las personas control sobre sus vidas financieras. ¿Aún no conoces Nu? Obtén más información sobre nuestro servicio y nuestra tarjeta de crédito sin complicaciones, da clic aquí.

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