Ahorrar dinero pareciera un objetivo un tanto absurdo cuando solo llegan recibos de pago para darte cuenta que la cantidad es más alta de lo que debería ser, y ni siquiera es fin de mes.
¿Te suena?
Lo primero que aconsejamos es tomarlo con calma y transformar ese sentimiento con una sonrisa; después de todo, es mejor reír que llorar. Pero, al final, hay que recordar que se tiene que encontrar la forma correcta de administrar nuestros ingresos teniendo en mente nuestras deudas y un ahorro constante.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIFF) y los datos publicados por el INEGI, el 32.2% de la población total del país no ahorra.
Hay razones de mucho peso para no contemplar el ahorro; después de todo, para un porcentaje significativo de la población en México, los gastos esenciales son mayores que los ingresos. Aún así, muchas personas que admiten poder ahorrar al menos un poco cada mes, tienen dificultades para organizarse. ¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué tantas personas están dispuestas a ahorrar, pero tan pocas logran planificarlo con éxito?
La ciencia lo puede explicar y también ayudar a revertir esta situación.
¿Qué dice la ciencia sobre nuestros hábitos financieros?
No poder planificar para ahorrar dinero puede parecer una falta de conocimiento financiero, pero hay indicios de que este problema es mucho más profundo.
Según estudios de la Asociación Estadounidense de Psicología , ahorrar dinero está mas relacionado con nuestra capacidad para imaginarnos a nosotros mismos en el futuro que con nuestro conocimiento de las finanzas personales.
Para la mayoría de la gente, sin embargo, lo más natural y fácil de hacer es pensar solo en el presente. Esta percepción incluso puede verse influenciada por muchas cosas, como nuestra lengua materna.
Según el economista conductual chino-estadounidense Keith Chen , los hablantes de un idioma que usa la misma conjugación verbal para frases en el futuro y en el presente tienden a ahorrar más, como los chinos y los alemanes.
¿Pero por qué? Mientras hablan sobre el presente y el futuro de la misma manera, el cerebro está entrenado para pensar en ambos con el mismo grado de importancia.
Las personas que hablan idiomas en los que los verbos en el presente y en el futuro son diferentes tienden a tener más dificultades para ahorrar, ya que el presente y el futuro parecen ser dos cosas completamente separadas.
En otras palabras, es difícil ahorrar dinero porque valoramos el presente sobre el futuro. Es esa vocecita en la parte de atrás de la cabeza que dice “¿por qué no gastarlo si no sabes qué va a pasar mañana?”.
¿Entonces, las personas que hablan alemán son naturalmente buenos ahorradores?
Al parecer el idioma es solo uno de los factores que pueden influir en la forma en que percibimos el presente y el futuro.
¿Por qué es tan difícil pensar en el futuro y, por lo tanto, ahorrar dinero?
Responde rápido: ¿eres del presente igual que del futuro? Probablemente la respuesta fue sí. Después de todo, incluso si muchas cosas cambian, seguiremos siendo nosotros mismos. Pero no es así como funciona nuestro cerebro.
Según una investigación realizada por el psicólogo estadounidense Hal Ersner-Hershfield , cuando una persona piensa en sí misma en el futuro, es como si estuviera pensando en otra persona.
Las imágenes cerebrales muestran que cuando alguien piensa en sí mismo, se activa una determinada región de la mente. Por el contrario, cuando una persona piensa en sí misma en el futuro, esa misma región del cerebro deja de actuar, como si estuviera pensando en otra persona.
En otras palabras, para nuestro cerebro, nuestro “yo” del futuro es una persona que no conocemos muy bien, por lo que puede ser difícil procurar o planificar el futuro de este “extraño”.
¿Y ahora? ¿Cómo hackear nuestro cerebro para ahorrar dinero?
En el libro ” La psicología del dinero “, el economista conductual estadounidense Dan Ariely da algunos consejos sobre cómo ahorrar dinero, o dejar de gastar, de lo que ya sabemos sobre nuestras opciones financieras.
1- Piensa en el costo de oportunidad
Cuando haces una elección, invariablemente estás renunciando a otra cosa. En las ciencias económicas, esto se llama ” costo de oportunidad “: un concepto que puede ayudar con las finanzas personales.
Al realizar una compra, rara vez pensamos en lo que estamos renunciando. Si una persona compra un teléfono celular, por ejemplo, está gastando dinero que podría invertir en un viaje.
Entonces, antes de comprar cualquier cosa, pregúntate: “¿a qué renuncio para hacer esa compra?”. Si es algo importante, quizás sea mejor repensar ese gasto.
2- Céntrate en la cantidad a pagar
¿Cuando ves un producto al 50% de descuento te apresuras a comprar porque “no te puedes perder esta promoción”?
Nuestra mente se siente atraída por lo que estamos ahorrando pero, de hecho, deberíamos concentrarnos en cuánto gastamos realmente.
Comprar una playera a 150 pesos, impulsados por una rebaja que mejora su costo original de 200 pesos, por ejemplo, no es ahorrar 50 pesos: es gastar 100 pesos.
La próxima vez que veas un descuento, piensa en cuánto ha salido de tu bolsillo, no en cuánto estás ahorrando.
3- Ver el dinero como… dinero
Las investigaciones muestran que, dependiendo de la fuente del dinero, manejamos nuestros fondos de una manera más racional o emocional.
En lo que respecta al salario, por ejemplo, es natural gastarlo en el pago de servicios para el hogar y otros gastos fijos que parecen más “serios”.
En contraste, esa cantidad que viene de otras formas, como un regalo o un bono de navidad, tiende a gastarse en cosas más “divertidas” – ropa, fiestas y restaurantes, y emocionales, haciendo que el dinero se agote más rápido.
Para escapar de esto, considera el dinero como dinero. Siempre. No importa si es el salario, un bono o un valor entregado como regalo.
4- Ahorra dinero automáticamente
Si ahorrar dinero no es natural, una gran estrategia es automatizar este hábito, literalmente. Determina una cantidad mensual que puedas ahorrar y automatiza ese proceso. ¡Tu yo del futuro te lo agradecerá!
Aprende a configurar una estrategia de ahorro, da clic aquí.
5- Pon restricciones a tu dinero
Es común que los restaurantes destaquen su plato más costoso en el menú. Simplemente parece una sugerencia de lo mejor que tienen para ofrecer, pero, de hecho, muchas veces es un truco para despistar al cliente, haciendo parecer que todas las demás opciones parezcan una ganga en comparación con esa.
Según el libro de Dan Ariely, esto se debe a que tendemos a gastar más cuando no tenemos una idea de cuánto estamos comprando; en el caso del restaurante, por ejemplo, la única base de comparación son los platos en sí.
Una forma de evitar esto es imponer restricciones. Una opción es estipular una cantidad máxima que se podrá gastar. Para comprar un producto, investiga bien lo que vale y no te permitas pagar más.
Ah, eso también se aplica a esos gastos de rutina que hacemos sin siquiera cuestionarlos, como la factura del teléfono celular y las suscripciones a los servicios de streaming. Revisa estas compras y ve si realmente el precio merece la pena, o si puedes ahorrar dinero aquí o allá.
Recuerda: al elegir una cosa estás renunciando a otra, ¡así que elige bien!
Este contenido es parte de la misión de Nu para devolver a las personas control sobre sus vidas financieras. ¿Aún no conoces Nu? Obtén más información sobre nuestro servicio y nuestra tarjeta de crédito sin complicaciones, da clic aquí.
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