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¿Controlar tus emociones te hace más apto para controlar tu dinero?

Gastar por tristeza, comprar por FOMO, ahorrar por culpa… ¿te suena familiar? Aprender a controlar tus emociones también te ayuda a cuidar tu dinero y tomar decisiones con más cabeza que impulso. Aquí te contamos cómo lograrlo.

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Sí, controlar tus emociones te hace mucho más apto para controlar tu dinero. Porque aunque no lo parezca, nuestras decisiones financieras no siempre se toman con la cabeza: muchas veces se toman con el estómago, el corazón, o el estrés del momento. 

Como señala el Dr. Scott Rick de la Universidad de Míchigan, en el podcast de la APA (American Psychological Association) “Speaking of Psychology”, existe un “dolor de pagar” que, para algunos, funciona como un freno natural. Pero cuando ese dolor desaparece, o cuando buscamos alivio emocional, nuestras decisiones de gasto ya no se basan en la lógica, sino en impulsos guiados por cómo nos sentimos en ese momento. 

Por eso, cuando no manejamos bien lo que sentimos, es más fácil caer en compras impulsivas, endeudarnos sin pensarlo o gastar con la esperanza de sentirnos mejor. Y eso, tarde o temprano, nos pasa factura.

En este artículo vamos a explorar cómo influyen las emociones en nuestra relación con el dinero: desde la tristeza que te lleva al “me lo merezco” hasta el miedo que te hace tomar decisiones apresuradas. No se trata de no gastar nunca, sino de hacerlo con intención, y no con impulso. Sigue leyendo y veamos juntos cómo fortalecer tu inteligencia emocional y financiera.

5 formas en las que las emociones impactan nuestras finanzas

Aunque no siempre lo admitamos, muchas veces lo que hacemos con nuestro dinero no lo decide la razón, sino el corazón o como nos sintamos en ese momento. Una emoción mal gestionada puede llevarnos directo al carrito de compras, al “sí lo pago, ya veré después” o al clásico “para eso trabajo”. ¿Te suena familiar?

Lo peligroso es que estas decisiones emocionales no siempre se sienten como errores en el momento. Pueden ser el resultado de un perfil que los expertos, como el Dr. Scott Rick, a veces denominan “derrochador”, donde el “dolor de pagar” es menor, facilitando el gasto impulsivo. 

Se disfrazan de promociones imperdibles, antojos necesarios o de esa “terapia de shopping” que promete hacernos sentir mejor, pero que al final nos deja con el estado de cuenta temblando. Veamos cómo algunas emociones comunes pueden sabotear (sin querer) tus finanzas:

1. Gastar de más por tristeza

Cuando algo nos duele —una ruptura, un mal día, una decepción— es tentador compensarlo con algo que “nos haga sentir mejor”. Un postre carísimo, un pedido en línea a las 2 am, un outfit nuevo que ni necesitábamos. Y sí, por un momento parece que funciona, hasta que llega la culpa (y la notificación del banco).

De hecho, en el podcast de la APA, el Dr. Scott Rick afirma que comprar puede percibirse como un ‘remedio’ temporal para la tristeza. Este tipo de compras emocionales suelen ser impulsivas, sin planeación ni reflexión. Aquí, no compra la razón: compra la tristeza.

2. Comprar por miedo

El miedo tiene muchas caras: a quedarse sin algo, a no aprovechar una “última oportunidad”, a no estar preparados para lo que venga. Ahí es donde entran esas compras apuradas motivadas por frases como “es ahora o nunca” o “por si acaso”. 

Piensa en las promociones flash que parecen acabarse en minutos o los gadgets que compras por si algún día…  Antes de pasar la tarjeta, hazte esta pregunta clave: ¿estás comprando con lógica o con miedo?

3. Invertir por codicia

Cuando vemos que otros están ganando dinero rápido (cripto, NFT, acciones que “suben como espuma”), aparece la codicia disfrazada de oportunidad. Y entonces invertimos sin entender del todo, motivados por el “yo también quiero”.

Aquí, no hay estrategia ni análisis, solo emoción y urgencia. Muchas de esas decisiones terminan mal. Porque invertir bien y ganar intereses, requiere calma, paciencia y conocimiento, no impulso, ni envidia.

4. Ahorrar por culpa

¿Te ha pasado que te das un gusto y después sientes que tienes que castigarte económicamente? Algo así como: “Ya gasté en esto, así que ahora no salgo en dos semanas”. Ahorrar es buenísimo, sí, pero cuando nace de la culpa puede volverse una relación tensa con el dinero. Como si disfrutar fuera un pecado y ahorrar, la penitencia.

El ahorro funciona mejor cuando es parte de una estrategia, no cuando se siente como castigo.

5. Gastar por estrés

Cuando estamos saturados, ansiosos o agobiados, buscamos escapes. Y muchas veces, ese escape está a un clic de distancia: comida, ropa, gadgets, cosas que no necesitamos pero prometen alivio inmediato.

El estrés es un gran disparador de gastos innecesarios, porque te desconecta del presente y de tus metas a largo plazo. Antes de comprar algo en medio del caos, pregúntate: ¿esto es una necesidad real o un intento de sentirme mejor unos minutos?

Consejos para controlar tus emociones antes de gastar

Controlar tus emociones no significa reprimirlas o hacer como que no existen. Más bien, se trata de aprender a reconocer lo que estás sintiendo y decidir con cabeza fría antes de hacer un gasto o inversión. Porque sí, se vale tener un mal día. Lo que no siempre se vale es que ese día termine en un gasto que ni necesitabas ni planeabas.

Para esos momentos, poner en práctica estos consejos te puede ayudar a tomar decisiones financieras más informadas, incluso cuando las emociones están a flor de piel:

  • Pausar antes de comprar. Antes de hacer clic en “comprar” o sacar la tarjeta, detente al menos 5 minutos. Respira. Sal de la tienda (física, en línea, o la app). Hazte esta pregunta: ¿lo necesito o solo quiero sentirme mejor? Ese pequeño espacio entre el impulso y la acción puede ser suficiente para evitar una compra innecesaria. 
  • Detectar tus “gatillos” emocionales. Todos tenemos detonantes: hay quienes compran cuando están tristes, estresados, aburridos o después de una discusión. Identificar tus emociones es clave. Puedes llevar un pequeño registro: ¿cuándo y cómo sueles gastar más? ¿Qué estabas sintiendo? Eso te dará pistas valiosas para anticiparte.
  • Reemplazar el gasto por otras recompensas emocionales. A veces no es que quieras algo, sino que necesitas sentirte bien. Y eso también se puede conseguir sin gastar. Sal a caminar, ve una serie que te guste, llama a alguien de confianza o escribe lo que estás sintiendo. Atiende la emoción de otra forma que no afecte tus finanzas.
  • Crear un plan que te dé libertad sin caer en la culpa ni el caos. Un presupuesto no tiene que ser una cárcel. De hecho, funciona mejor si te permite disfrutar sin culpa. Incluye en tu presupuesto el ocio, entretenimiento y lo emocional: antojos, experiencias, ese gustito que te da alegría. Lo importante es que sea consciente, no impulsivo.

Saber controlar emociones también es ser financieramente inteligente

Tomar decisiones financieras más informadas significa saber cuándo sí, cuándo no, y por qué. Se trata de darle intención a cada peso que sale de tu cartera, en lugar de dejarte llevar por el impulso del momento.

Análisis como el de la APA sobre el comportamiento de compra subrayan que la conciencia sobre el “dolor de pagar” y el impacto de la tristeza en el gasto son pasos cruciales. Cuando aprendes a reconocer y controlar tus emociones, entiendes más fácilmente cómo influyen en tus decisiones financieras. 

Entonces, tienes el súper poder de elegir con claridad, en lugar de reaccionar en automático. Así, en vez de caer en el “ya lo pagaré después” o el “uno no se lleva nada”, puedes decidir con cabeza fría y corazón tranquilo.

Porque al final del día, el control emocional también es una forma de libertad financiera. Y eso sí que se siente bien.

En Nu México queremos que nuestros clientes y lectores tengan la información necesaria para tomar decisiones mejor informadas con su dinero y así ayudarles a recuperar el control de su vida financiera. Este contenido se ofrece de forma educativa e informativa para ayudarlos a lograr ese fin. Si deseas conocer más detalles sobre los productos y servicios que ofrece Nu México Financiera S.A. de C.V., SFP visita nuestro sitio web oficial https://nu.com.mx/

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